NAYARIT. ECONOMIA Y SOCIEDAD

Abstract

Después de mi paso por TABAMEX y del Gobierno del Estado (COPLADENAY y Secretaría de Planeación y Desarrollo) hace ya varias décadas, he venido sosteniendo que Nayarit tiene con que desarrollarse, aunque no es cierto que tiene todo; que su mejor capital son sus recursos naturales y su medio ambiente, pero que ya no son los mismos que hace 50 años, pues las tierras se han empobrecido y no tienen la misma fertilidad, el agua de sus ríos y arroyos ya no es la misma ni en cantidad ni en calidad, el clima ya no es predecible como antes a consecuencia del cambio climático, etcétera; el capital humano puede que sea abundante, pero no calificado o con el tipo de calificación que requeriría un patrón de desarrollo que nos hiciera competitivos; el capital económico es endeble en infraestructura y mínimo para financiar las inversiones que se requieren; y el capital social está muy viciado por las cuestiones políticas y por la narcoviolencia. Estas son algunas de las razones que se me vienen a la mente después de recordar mis largas y frecuentes conversaciones que durante muchos años sostuve con Alejandro Gascón Mercado, quien insistía en presentarme a Nayarit como un paraíso, con Aután como ombligo del universo (nuestra diferencia fundamental es que yo le decía que el ombligo estaba en Acaponeta). La verdad es que si no tenemos un buen diagnóstico de nuestra realidad, no podemos aplicar ni los remedios ni los trapitos requeridos para resolver nuestros problemas. Tampoco sería suficiente, aunque sí indispensable, un diagnóstico muy realista si no sabemos a dónde queremos y podemos ir, así como si en la definición de todo esto no participa la sociedad completa a través de las diferentes instituciones y organizaciones por medio de las cuales lo podría hacer.