Resumen:
Siempre han existido en el ser humano el interés y la necesidad por comprender la forma en que están distribuidas las especies (Navarro, 1989), así como las causas y mecanismos que han moldeado su distribución (Navarro y Sánchez - González, 2002). Desde sus primeras exploraciones, los naturalistas observaron que los seres vivos no se encuentran homogéneamente distribuidos, y que contrario a esto, la riqueza de especies se comporta siguiendo patrones de distribución (Gaston, 2000; Navarro y Sanchez-Gonzalez, 2002; Gaston y Spicer, 2004; Koleff et al.,2008) Uno de los primeros patrones de distribución observados fue el cambio de la riqueza de especies con respecto a su posición altítudinal, donde el número de especies disminuye conforme aumenta la elevación (Llorente et al.. 2000; Lomolino. 2001; McCain y Grytnes, 2010). No obstante, este patrón se acepto hasta que John Terborgh y colaboradores realizaron un estudio sobre la distribución de aves en un gradiente altítudinal de los Andes Peruanos(Terborgh y Weske, 1975; Terborgh, 1977). Durante las siguientes dos décadas, la relación lineal e inversa entre el numero de especies y la elevación se convirtió en un patrón asumido tanto para el grupo de las aves, como para otros grupos taxonómicos(Lomolino,2001).Sin embargo, surgió un nuevo debate cuando a través de una extensa revisión, Rahbek(1995) encontró que el patrón observado era más bien el resultado del enfoque metodológico, pues los estudios que lo reportaban no consideraban el efecto del área en su análisis.
Descripción:
There has always been an interest and a need in the human being to understand the way in which species are distributed (Navarro, 1989), as well as the causes and mechanisms that have shaped their distribution (Navarro and Sánchez - González, 2002). From their first explorations, naturalists observed that living beings are not homogeneously distributed, and that contrary to this, species richness behaves according to distribution patterns (Gaston, 2000, Navarro and Sanchez-Gonzalez, 2002, Gaston and Spicer , 2004; Koleff et al., 2008) One of the first distribution patterns observed was the change in species richness with respect to its altitudinal position, where the number of species decreases with increasing elevation (Llorente et al. 2000 ; Lomolino, 2001; McCain and Grytnes, 2010). However, this pattern was accepted until John Terborgh and collaborators conducted a study on the distribution of birds in a altitudinal gradient of the Peruvian Andes (Terborgh and Weske, 1975, Terborgh, 1977). During the following two decades, the linear and inverse relationship between the number of species and the elevation became an assumed pattern for both the group of birds, and for other taxonomic groups (Lomolino, 2001). However, a new debate when, through an extensive review, Rahbek (1995) found that the observed pattern was rather the result of the methodological approach, since the studies that reported it did not consider the effect of the area in its analysis.